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European Civil Protection and Humanitarian Aid Operations

Día a día en la República Dominicana: Viviendo en primera línea

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La República Dominicana es el octavo país del mundo con mayor riesgo de desastres, según el informe 'Riesgo Climático a nivel Global', publicado por German Watch (2014). Los residentes de este país del Caribe se enfrentan a múltiples amenazas naturales en su día a día: inundaciones, huracanes como el Sandy, que destrozó una parte considerable de la isla en 2012, o la fuerte sequía actual. La Comisión Europea, a través del proyecto 'Ponte Alerta San Cristóbal' del consorcio de organizaciones Oxfam, Plan Internacional y Hábitat para la Humanidad, desarrolla programas innovadores para fortalecer la resiliencia de las comunidades costeras afectadas con frecuencia por el clima extremo. Además, está llevando a cabo el estudio 'Primera Línea' que pretende hacer hincapié en los peligros cotidianos a los que hacen frente los dominicanos del litoral, a menudo invisibles para el resto.

Por Ana Paola van Dalen, Asesora de Comunicación, y Andrea Verdeja, Oficial de protección humanitaria, del proyecto del consorcio 'Ponte Alerta San Cristóbal'

Debido al cambio climático, a su ubicación geográfica y a su condición de 'Pequeño Estado Insular en Desarrollo' (PEID), vivir en primera línea en República Dominicana implica convivir con la inseguridad y fragilidad, la informalidad y la complejidad; significa enfrentarse diariamente a desastres de pequeña escala, y conlleva poseer la capacidad de absorber, adaptarse y transformar la vida para responder a estos desastres del día a día. Las personas que habitan en la primera línea suelen ser héroes y heroínas cotidianos/as que pertenecen a comunidades resilientes a los micro-desastres.

Los micro-desastres son aquellos desastres de pequeña escala que ocurren de manera cotidiana y permanecen invisibles frente al ojo público. Con frecuencia no se denuncian ni registran y por ello carecen de apoyo, por lo que son las propias personas y comunidades las que dan la primera y única respuesta. Por ejemplo, frente a la sequía rural reiterada, un/a agricultor/a adapta su vida para alimentar a su familia, por lo que tendrá que vender otros productos, utilizar nuevas semillas más resistentes a la sequía o cambiar de oficio.

A doña Fidelina, que vive en Batey 8 y tiene seis nietos en casa, lo que más le afecta es la micro-sequía que azota a la zona desde el 2013, tras el paso del huracán Sandy. “Los conucos están secos, muertos. Ya no hay conucos y no hay víveres para comer,” explica Fidelina. Y unos cuantos quilómetros más arriba, en la loma de Las Cañitas, Margarita también habla de la sequía, pero ella, además, ha sufrido otro desastre: la Roya del café, un parásito que acabó con toda su plantación. Ahora Margarita ha empezado a plantar café nuevamente, gracias a la variedad Catimor, que es tolerante al impacto de la Roya.

Pese a no visibilizarse, estos desastres del día a día son responsables del 40% del total de pérdidas anuales causadas por desastres a nivel global.

Pero también existen otros micro-desastres que no están ligados con fenómenos naturales. En Monte Cristi, en la comunidad de Recta de Sanita, los vecinos tienen problemas respiratorios causados por la fumigación de las plantaciones de arroz aledañas a sus casas. Y estos mismos vecinos tienen, también, enfermedades provocadas por los mosquitos que se reproducen en las aguas estancadas de los arrozales.

En Batey 6, comunidad cercana a Tamayo (Bahoruco), vive Don Alfredo, de 58 años. Para este vecino, los desastres que más afectan a su comunidad son los robos y la violencia; a don Alfredo le han robado los chivos en varias ocasiones y ha tenido que comprarlos de nuevo.

Precisamente para visibilizar riesgos como éstos, surgen estudios como 'Primera Línea', impulsado por la Red Global de Organizaciones de la Sociedad Civil para la Reducción de Desastres (GNDR, en sus si-glas en inglés). 'Primera Línea' ya ha sido puesta a prueba en catorce países de América Latina y ha recogido las voces de más de 13 000 personas. Los resultados de estos estudios destacan las realidades complejas de amenazas múltiples y de inseguridad a las que se enfrentan las personas en el ámbito local, y la prioridad de las amenazas ambientales, económicas, sociales y políticas asociadas a los desastres cotidianos. Según las encuestas 'Primera Línea' realizadas en América Latina, el 90% de los desastres que las personas entrevistadas priorizaron son los desastres cotidianos. “Este resultado se reafirma con la observación de UNISDR (Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres) de que el 99% de los registros de desastres se atribuyen a riesgos extensivos (aquellos que son persistentes y de baja intensidad), y que éstos son los responsables del 13% de la mortalidad y del 42% del total de pérdidas económicas”, afirma la GNDR en su presentación sobre 'Primera Línea'.

En República Dominicana la GNDR implementó por primera vez el 'Primera Línea' en 2009 y realizó un pilotaje a principios de 2015. Con el fin de ampliar y actualizar esta experiencia, el consorcio de organizaciones Oxfam - Plan International - Habitat para la Humanidad, con el apoyo de la Comisión Europea, está impulsando la recopilación de información junto con el Foro de Gestión de Riesgos (espacio de concertación de todas las organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales que trabajan en gestión de riesgo de desastre) en 58 comunidades de 16 provincias del país.

El objetivo de implementar 'Primera Línea' en República Dominicana es mostrar con cifras y ejemplos la magnitud de los desastres cotidianos que sufren las personas que viven en la primera línea, y así contribuir al desarrollo de un enfoque integral de la gestión del riesgo de desastres.

Doña Fidelina perdió la cosecha del año por la sequía que arrasa los campos de Haiti y Republica Dominicana. © Ana Paola Van Dalen