Los hijos de Blanca Rita Hernández no se volverán a enfermar a causa de las inundaciones. Gracias a un proyecto de reducción del riesgo de desastres de la Cruz Roja Hondureña, la gente del departamento de Comayagua ahora está más segura. Actividades de sensibilización, capacitación y pequeñas obras de infraestructura, financiados por la Comisión Europea, han ayudado a las personas a ser más resilientes frente a los desastres.
Anna-Sofia Joro, Productora de contenidos de comunicación, Cruz Roja Finlandesa
Honduras es uno de los países más expuestos a desastres en Centroamérica, constantemente amenazado por inundaciones, sequías, deslizamientos, incendios, huracanes y terremotos.
En un contexto tan vulnerable a desastres recurrentes como el de Honduras, la preparación es la clave. La vida de las personas se puede salvar incluso a través de las más modestas iniciativas como la formación en primeros auxilios u obteniendo las herramientas básicas para responder a las emergencias.
A principios de Junio de este año tuve la oportunidad de visitar los proyectos que la Cruz Roja Hondureña está llevando a cabo en conjunto con las Cruces Rojas Finlandesa, Alemana, Italiana, Noruega y Española.
Estos proyectos son financiados por el Departamento de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Comisión Europea (ECHO), a través de su programa de Preparación ante Desastres, DIPECHO.
Más de 53 000 personas en Comayagua, uno de los departamentos hondureños más vulnerables, han sido capacitados en acciones para reducir los riesgos de incendios, inundaciones y deslizamientos de tierra gracias a un proyecto DIPECHO. La elaboración de mapas de riesgos, la realización de campañas de educación y sensibilización y la construcción de pequeñas obras de infraestructura son ejemplos de medidas sencillas y de bajo coste que salvan vidas durante y después de un desastre. Gracias a la formación en preparación ante desastres, las comunidades serán capaces de reaccionar más rápidamente a las situaciones de emergencia en los pueblos, escuelas, centros de salud y en las cárceles.
La Cruz Roja Hondureña coordina las actividades con los residentes, las autoridades municipales y la institución nacional responsable de la reducción del riesgo de desastres (Comité Permanente de Contingencias, COPECO) con el objetivo de sensibilizar en temas de prevención y resiliencia y consolidar las capacidades de las instituciones públicas, así como el papel de la Cruz Roja Hondureña como órgano auxiliar de éstos.
"Somos gente trabajadora y decente, pero carecemos de recursos para poder mejorar", explica María Ramona Alvarado, presidenta del comité local de emergencia en Camino Nuevo, una aldea en Comayagua. Ella es una participante activa en las sesiones de formación que ofrece el proyecto. "Estoy orgulloso de nuestra comunidad y muy agradecida por la ayuda que recibimos", dice.
Antes de estas sesiones la mayoría de comunidades no tenían conocimiento de los principios de gestión de desastres. Las escuelas, por ejemplo, no tenían comités de emergencia. Por primera vez, 25 aldeas han organizado reuniones de coordinación con las autoridades y los niños de la escuela y los profesores aprendieron sobre primeros auxilios y cómo mantenerse a salvo en caso de una emergencia.
Gracias al financiamiento de la Comisión Europea, las iniciativas de gestión de desastres también se han puesto en marcha en las cárceles de Comayagua y El Progreso. Las cárceles son especialmente vulnerables a inundaciones, incendios, terremotos y brotes epidémicos, como lo han demostrado dolorosamente los graves incidentes de los últimos años. Los presos, guardias, bomberos y oficiales de policía están siendo entrenados para responder a situaciones de emergencia y reducir al mínimo los riesgos causados por los desastres.
"Los prisioneros pierden su libertad, pero no sus derechos como seres humanos. Ellos están motivados por nuestra formación ya que saben que la información puede salvar sus vidas. Muchos de ellos recuerdan demasiado bien el horrible incendio de 2012 que mató a más de 380 personas que quedaron atrapadas en el interior de la cárcel de Comayagua ", dice César Montesinos, quien trabaja en la clínica de la prisión de Comayagua y también es un voluntario de la Cruz Roja Hondureña.
Montesinos y sus colegas han facilitado talleres sobre primeros auxilios, agua potable y prevención de enfermedades que afectan a los reclusos. "Además de las formaciones, los beneficiarios reciben equipos tales como botiquines de primeros auxilios, extintores, alarmas contra incendios y megáfonos. El conocimiento por sí solo no ayuda si usted no tiene las herramientas ", dijo Montesinos.
Como parte del programa DIPECHO, la Comisión Europea también financia micro proyectos propuestos por los comités locales y ejecutados con la ayuda de la Cruz Roja. En Camino Nuevo, por ejemplo, cada año las casas ubicadas en las tierras bajas se inundan durante la temporada de lluvias. Un canal está siendo construido para drenar el exceso de aguas que podría destruir las casas y que también protegerá a Blanca Rita Hernández, a su esposo y a sus tres hijos de las enfermedades transmitidas por el agua.
La familia de Blanca ahora está a salvo de las inundaciones gracias al nuevo canal que se está construyendo: "Cuando llegue la próxima temporada de lluvias, el agua se desviará de nuestra casa para ser utilizada más adelante. Mis hijos no se enfermarán más y no tendremos que dejar nuestra casa".
La familia de Blanca Rita Hernandez ahora está protegida de las inundaciones después de un Proyecto de reducción de riesgos de desastre que financia la Comisión Europea en Honduras. Photo credit: Mikko Vähäniitty / Cruz Roja Finlandesa