Cuando cientos de países cerraron sus fronteras en un intento de limitar la propagación de la COVID-19, miles de ciudadanos europeos quedaron atrapados en el extranjero. El Centro de Coordinación de Respuesta a Emergencias de la UE coordinó la respuesta, organizando el apoyo de toda Europa. España contribuyó repatriando en avión a 1 100 ciudadanos de la UE.
Cuando la pandemia de la COVID-19sacudió el planeta, miles de ciudadanos de la UE se iban quedando lejos de sus hogares a medida que los países cerraban sus fronteras y las aerolíneas dejaban sus aviones en tierra.
España consiguió trasladar a 1 100 ciudadanos de la UE a sus casas con el apoyo del Centro de Coordinación de Respuesta a Emergencias (ERCC, por sus siglas en inglés) de Bruselas. El Centro coordina la prestación de asistencia de los 27 países de la UE y de otros 6 estados participantes como parte del Mecanismo de Protección Civil de la UE.
El ERCC se encarga de encontrar ayuda para los países afectados por crisis como emergencias médicas y catástrofes naturales. En este caso, el apoyo de España fue crucial para los ciudadanos de varios países de la UE.
«Nunca habíamos tenido una operación de repatriación tan grande», afirma Alfonso Lozano Basanta, oficial de Protección Civil de la UE.
«Todos los días recibíamos varias solicitudes de asistencia, lo que suponía un reto a la hora de responder a tiempo. En mi trayectoria profesional, nunca he tenido semejante número de peticiones en respuesta a una sola crisis».
Durante la emergencia, Lozano trabajó en estrecha colaboración con Bibiana Andújar, directora de Operaciones de Protección Civil del Gobierno español.
Un esfuerzo sin precedentes
«Esta ha sido mi primera experiencia de este tipo», dice Andújar.
Como ciudadana española, Andújar recuerda que, al comienzo de la pandemia, España recibió 173 000 mascarillas FFP2 de las reservas de rescEU de la UE almacenadas por Rumanía y Dinamarca.
Le alegró ser ahora la encargada de ayudar a los demás.
«Me entusiasmó poder devolver normalidad a la vida de esas personas», dice.
Una aerolínea española proporcionó 35 vuelos a 24 países en respuesta a las solicitudes recibidas de embajadas y consulados españoles en todo el mundo. El ERCC financió el 75 % de los costes de la operación.
Gracias a lo que Andújar llama «un extraordinario gesto de solidaridad» por parte de la aerolínea, los ciudadanos españoles y los pasajeros de otros países de la UE volvieron a casa, tanto durante los primeros meses de la pandemia en 2020 como durante la última ola causada por la variante Ómicron.
Algunos pasajeros tenían que ser recogidos en zonas remotas, como pequeñas islas en Filipinas, y volar a aeropuertos principales donde pudieran embarcar en un vuelo de repatriación.
Adaptación y cambio
Para complicar más las cosas, la pandemia estaba volviendo a golpear con fuerza en Europa. Los compañeros de Lozano y Andújar siguieron contagiándose, y las restricciones para evitar la propagación del virus les obligaron a trabajar desde casa con menos personal.
«Nadie estaba preparado para eso», dice Lozano. «Pero pudimos responder paso a paso».
Según él, el esfuerzo sin precedentes realizado para repatriar a los ciudadanos europeos durante la pandemia de la COVID-19 habría sido impensable sin el apoyo de la UE.
«En una situación de este tipo, en la que todo el mundo se ve afectado, crear el espacio para facilitar y coordinar esfuerzos, sentarse en la misma mesa y debatir, ya suponía un gran logro», dice Lozano.
«Sin eso, habría sido imposible responder».
Si bien una crisis mundial como la pandemia de la COVID-19 sorprendió a todo el mundo, el ERCC y los países del Mecanismo de Protección Civil de la UE han aprendido enormemente, ganando conocimientos y experiencia que podrán utilizar en el futuro.
«Pudimos adaptarnos y cambiar. Así es como logramos responder a una crisis como la pandemia», afirma.
«Si nos fijamos en dónde estamos ahora, hemos cambiado. Somos diferentes y nuestro trabajo es muy conocido».